conflicto familiar

Puede que ciertas creencias, normas y actitudes familiares, a menudo inconscientes, nos generen conflictos internos y malestar.

Quizás encontremos determinados aspectos de la dinámica familiar que pueden no satisfacer tus necesidades actuales en la relación. 

Ya no eres ese niño o esa niña que necesita alimento y protección constante.

A medida que crecemos, nuestras necesidades cambian, pero si nuestra familia no se adapta, es difícil para nosotros evolucionar y ser auténticos.

El conflicto surge cuando las necesidades de pertenencia y autenticidad no pueden coexistir.

En muchas ocasiones reconocerte dentro del sistema familiar es difícil. Ser tú en cierto modo puede sentirse como traicionar “el legado familiar”. Y eso, pesa mucho. Este proceso suele ir acompañado de dolor, decepción, vergüenza y culpa.

"Tú no eres ellos, tú eres tú".

— Claudia López

  • Pertenecer y ser

    Bien sabemos que esto de la vida va de grises. De ir encontrando lo que es el equilibrio y el bienestar para cada uno, individualmente y con los demás:


    _Cuando las partes entran en conflicto, cuando las renuncias (al yo o al nosotros), pesan más que las elecciones.
    _Cuando renuncio a ser yo mismo, para pertenecer al otro o a los otros.
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    Cuando la necesidad de pertenecer (apego, dependencia) se vuelve desadaptativa y no te permite verte. No te permite ocupar tu lugar.
    _Cuando sólo me atiendo a mí mismo, sin validar lo que necesitan los demás.
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    Cuando la necesidad de ser yo (autenticidad) se vuelve desadaptativa y no te permite ver al otro, ni al nosotros.


    La forma que hemos aprendido, no tiene por qué proporcionarnos esa seguridad y bienestar siempre. Y por supuesto, puede ser cambiada.

  • Yo

    Lo que aprendiste y lo que te enseñaron son aspectos que no estaban bajo tu control, pero sí que hablan de una parte de ti. 


    Es posible que en algún momento sientas la necesidad de diferenciarte, de ser tú mismo y construir “tus maneras“ más acordes con quién eres y quieres ser, que pueden no coincidir con las expectativas sobre lo que deberías ser.


    En este proceso, puede que algunos aprendizajes (creencias, mecanismos de afrontamiento, conductas, actitudes) dejen de servirte, alejarte de lo que quieres para ti o incluso hacerte daño.


    Lo que les funcionó a ellos, no tiene por qué funcionarte a ti.
    Lo que consideran que debe ser o no ser, no tiene por qué identificarte.


    Y está bien. Tú no eres ellos. Tú eres tú.

La forma en que aprendemos a relacionarnos con nuestra familia puede no ser congruente con nosotros mismos, haciendo que adoptemos un papel que no se corresponde con lo que somos. 

Por ello es importante equilibrar el sentimiento de pertenencia y de autenticidad, para ser y convivir con uno mismo y con los demás.